Yo Quiero Cambiar

Serenidad. La sensibilidad en el daoísmo y Heidegger
Reacción de una lectura

Las fuerzas polarizadas para el mundo oriental son el complemento de un todo que construye un dentro y fuera de una persona, y esa complementación es la que constituye el universo. Lo quieto y el reposo absoluto da la fuerza para el nacimiento de un nuevo movimiento, el ocio es un concepto fundamental en el daoismo donde el tiempo y espacio son instancias que se unen en cada momento concreto

Hace un par de semanas comencé con la lectura de Serenidad, La sensibilidad en el daoísmo y Heidegger de Claudia Lira ediciones metales pesados.

La lectura me atrapo rápidamente, por la profundidad que la autora exponía un tema que hasta hace un par de semanas en nuestro país era para muchos algo excéntrico o sonaba soterradamente en nosotros, estar tranquilos y tener paz.

El Jueves 17 de octubre al atardecer termine mi lectura y ya tenia algunas notas para comenzar a escribir sobre el libro. Lo ocurrido desde el viernes 18 de octubre en adelante me dejo perplejo como a muchos chilenos, dejando en último lugar mis ganas de hurguetear mis apuntes del libro. Claudia Lira autora de este libro, logro que profundizara en algo que es de mi total interés en lo artístico y en las relaciones humanas, Detenerse siempre. Pero al comenzar a escribir estas líneas me es imposible no usar el estudio de la autora y su relación con la contingencia nacional.

Claudia Lira pareciera contraponer dos caminos distintos entre el daoísmo y Heidegger, pero mientras más avanzas en la lectura te das cuenta que la complementación es rica y hacedora de un todo. Pareciera que en nuestro país palabras como: nada, nunca, jamás, están relacionadas desde el ímpetu absoluto de un estado humano concluyente y fijo. En oriente esta situación cambia, la nada es el todo, el vacío, el antes y el después el adentro y afuera.

Dada nuestra contingencia actual, el concepto de detención y quietud cobran mucha fuerza hoy. El hacer es un accionar que en occidente lo entendemos muchas veces como un movimiento continuo asociado a etapas o objetivos. La autora nos induce primero a las diferencias de varios autores y nos conduce posteriormente a la búsqueda propia del ser, que desde el daoísmo es el vacío del todo como el camino al ser, definiendo la autora la serenidad “una experiencia estética distinta a las demás”. La autora nos dice (pág. 107)

“El problema es que el ser humano, movido por las cosas del mundo, pierde claridad, y arrastrado por la atracción/aversión interviene donde no debería intervenir, es decir, en el dao de los otros seres vivos. De ésta manera, cuando los sentidos se sacuden, la vida se torna incierta porque las personas no pueden distinguir nada, el <espíritu> jingshén ya no está en el interior, la mente también esta agitada, y no puede diferenciar lo correcto de lo incorrecto como atención, como conciencia en el sentido de mindfulness, como atención plena en el momento presente, su perdida implica la inatención respecto del micro/macrocosmos.”

La agitación propia de nuestra época impide entender que el vacío es una falacia, pues el movimiento y la estimulación externa funcionan como órbitas agitadoras de nuestro interior hasta el punto de no encontrarnos nunca con el silencio, y cuando lo hacemos el pánico se apodera por el reconocimiento que tenemos de al desconocer quienes somos. Pretendo tomar conciencia de lo que me ocurrió como lector, en ningún caso podría calificar un libro que para mí fue un viaje religioso y como tal necesita de un lector-creyente que este dispuesto a vaciarse.

Otro aspecto interesante del libro son estos conceptos que el mercado a reinterpretado como: desaprender, atención plena, focalización, atención y control. Todos ellos tienen su origen en la filosofía como un camino al conocimiento, el cual nosotros lo entendemos como auto conocimiento para poder lograr nuestros objetivos planteados, en muchos casos estos conceptos son aplicados al mejoramiento del hombre productivo en el mercado. Estos conceptos en oriente están al servicio de un viaje al vacío que parte por descubrir, conquistar para pasar a la atención plena- mindfulness- de esta forma según Wong <la vuelta de las tres energías a su estado original indiferenciado es la emergencia de la semilla del Tao> Este proceso forma al hombre verdadero como dice Zhuangzi <tiene el espíritu vasto, interiormente vacío y sin ostentación> denominado el fortalecimiento de la Flor de Oro.

La serenidad de Claudia Lira es una fuente de inspiración para que busquemos nuestra propia humildad, en estos días acalorados, posterior a mi lectura me iluminó para direccionar mi actuar. Chile despertó y Chile cambio son frases acuñadas en los últimos días, después de esta lectura me parece que la serenidad y el silencio de aquellos que toman decisiones está lejos de una actitud de vacío como espacio de búsqueda para enfrentar el dialogo.

Vamos rápido, soluciones efectivas, lo quiero para ayer. Frases usadas por todos nosotros. La espera es algo propio del ser humano, el barbecho nos dice la autora como periodo de espera y preparación para lo que viene. Por eso no plantamos árboles por que no podemos esperar, el tiempo es usado como una unidad en paralelo una suerte de ensanchamiento de la realidad; realizamos variadas cosas a la vez superpuestas unas en otras para ganarle a esa unidad que no podemos modificar. ¿Como poder obtener utilidad del tiempo? pregunta ya direccionada en métricas cuantitativas. Yo me pregunto muchas veces: ¿para que quiero utilidad de mi tiempo? responderla nos dará un enfoque de lo que somos, o aspiramos. Laozi expresa según la autora la relevancia de estar desocupado, ya que se considera negativo y pernicioso estar ocupado. Cuantas veces escuchamos la frase -estoy ocupado con muchas cosas que hacer- y a nuestro juicio no son tantas; seguramente nos limitamos a evaluar solo su accionar y no vemos el espacio mental que ocupan esas acciones en el otro, entonces vuelve a tomar fuerza la importancia del vacío, así lo expresa Laozi según la autora (Pág. 129)

“Quien aspire a conquistar el mundo,
permanezca siempre libre de todo quehacer
El hombre ocupado,
No puede llegar a conquistar el mundo”

La conquista se entiende como alcanzar el dao, estar libre del quehacer.

El ocio en nuestra época actual lo asociamos mas al uso determinado del tiempo para actividades: recreativas, familiares, culturales, artísticas y deportivas; también es el consumo de productos no necesarios o mal llamado en algunos casos suntuarios. El Ocio al igual que el tiempo señalado anteriormente es un descubrimiento y hacemos una lectura mínima de lo que es. Para gran parte de la filosofía y sobre todo para la oriental el ocio es un estado preliminar, una suerte de antesala al encuentro con uno. La autora nos dice: “ El Ocio de alguna manera es lo opuesto del activismo al que induce el discurso, las metas y promociones de la civilización”

La ausencia de paz planteada por Claudia Lira se asocia a la falta de lo sagrado y del brillo que este provoca en la tierra, el hombre no atiende su ausencia y el desgaste cotidiano que provoca en la existencia diaria, donde es Heidegger quien atiende esta falta de paz cuando buscamos la relación existente entre serenidad y quietud, la naturaleza y el pensar. La paz se establece en el habitar entendiéndola como la relación existente entre el hombre y la naturaleza, el todo para el dao: cielo y tierra donde el hombre es en quien viven las oposiciones las pugnas propias de la materialidad y espiritualidad desde el deseo a la razón.

La naturaleza tiene ciclos y el hombre también, al alterar los ciclos propios de la naturaleza el hombre desencaja y desconecta nuestro espíritu del lugar donde vivimos. Difícil será tener una apertura al otro sin tener una apertura a nosotros. Asumir la muerte como diría el pensamiento de heideggeriano como preparación para la muerte.

Esta lectura para mí fue una detención que agradezco, una experiencia y oportunidad de ver nuestro mundo desde otras tradiciones, en especial el daoísmo y la concepción del pensar según Heidegger. La lectura es siempre un encuentro a mis propias imágenes olvidadas y reconstruidas con nuevos conocimientos, ese que está en el aire en nosotros y en el otro. Comencé una lectura que se transformo en un encuentro religioso, que fortaleció mis creencias. Termine esta lectura en las horas que nuestro Chile comenzaba a estallar de dolor, de pena y de injusticias achancada en el alma. Todos ellos salieron con lo que tenían en su corazón, con paz con júbilo con conciencia y algunos con violencia y muerte. Yo solo sé que estoy dispuesto a cambiar, y que necesito que me ayuden.

“En sociedades donde todo gira en torno al sujeto, donde todo está construido para saciar su hambre, sed y anhelo, para que se proyecte y construya lo imposible, proponen que el sujeto se vuelque sobre si mismo, se detenga se vacíe de todo contenido, de todo ismo, para recuperarse. Esto se llama cultivar calma en un mundo done la calma no existe, donde la calma no es exitosa porque es fundamentalmente insípida, es decir no adictiva.” Claudia Lira

Nicolás Fontaine 

28 de octubre

Faro de la Nueva Extremadura 

 

Serenidad. La sensibilidad en el daoísmo y Heidegger

Autor: Claudia Lira

Editorial: Metales Pesados

Imagen de portada: Almudena Lobera, manos que exploran 2016 escultura en polvo de marmol y resina

Diseño portada Paula Lobiano

ISBN: 9789569843983

Santiago de Chile Septiembre de 2019

 

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