Una poética para el antropoceno
La era geológica actual, el antropoceno, es el centro de este libro de Andreas Weber, biólogo y filosofo alemán publicado por Kairós.
Su autor, a o largo del libro, busca acercarse a los seres humanos como a la naturaleza, de una manera que disuelve la separación entre las dos categorías, proponiendo
Entender la identidad de los seres humanos y la naturaleza a través de un conjunto de transformaciones creativas que subyacen a toda la realidad y que encuentran una expresión especialmente contundente en la vida. Por muy lejos que la ciencia pueda llegar, nunca llegará al fondo, porque la mente, la imaginación, la digestión son la respiración, el sueño, el amor y tanto el nacimiento como la muerte forman parte de los salvajes. Nunca habrá un antropoceno.
La idea de los bienes comunes, refiriéndose a una organización particular de los medios de vida en la que no hay usuario ni recursos, sino solo diversas participantes de un sistema fértil, que tratan de acuerdo con un objetivo superior: que este siga dando vida. El autor desarrolla su tesis de un mundo que mejora atreves de la participación, y esto da paso a entender que las cosas y las ideas no están separadas, ni los recursos ni los consumidores, menos la cultura y la naturaleza, donde está última, reside en su apertura creativa, que constantemente da vida y comercia con la muerte, y no en una ostensible plenitud o salubridad. Es la experiencia de estar vivo un requisito humano básico que nos conecta con todos los organismos vivos
La vivificación entiende la libertad como la forma fértil de la necesidad, lo que surge del hecho de que estamos conectados entre nosotros como cuerpos sensibles, como individuos y como grupos, y que estamos en mutuo intercambio con la biosfera. La libertad solo se manifiesta cuando las necesidades e intereses individuales se imaginan junto con los de las comunidades mayores en un equilibrio precario, y tenso e incluso paradójico. Solo está libertad integradora puede desplegar el poder necesario para reconciliar a la humanidad con El Mundo natural.
El autor sostiene un fuerte crítica a la sustentabilidad, como un significante difuminado que arrastra todo. Vivificar es entender el mundo desde un todo interconectado, donde la economía y la naturaleza se enlazan con la cultura. Vivificar es entender el mundo como los antiguos, donde el cuerpo y la mente no están separados. El mundo es el hombre, también es la naturaleza, y todos los animales. Weber, reflexiona con agudeza y su apoyo bibliográfico es pura vitamina para los que quieran continuar la lectura. Manfred Max-Neef, Francisco Varela y Humberto Maturana están entre sus pensamientos. Vivificar es de esos libros que podría redireccionar al lector a un nuevo mundo. Tremendo.
Nicolás Fontaine
4 de marzo de 2024
Faro de La Nueva Extremadura