Reacción al libro El poder de las promesas.
Creemos que trabajar es ejecutar actividades, que aprender es incorporar información y que comunicar es transmitir un mensaje. Sin embargo, tenemos enormes dificultades para permitir la liberación de las capacidades creativas que permiten realizar de las personas y confiar en su seriedad. Estas palabras son parte de la presentación que nos hace Luis Sota de su libro: El poder de las promesas, donde la fuerza vital es lo que mueve a las organizaciones en una era marcada por la digitalización y las redes. Sota es un consultor de empresas con más de 35 años dedicado al diseño y a la movilización de culturas organizacionales. Este libro centra todo su que hacer y reflexión en las promesas organizacionales; tanto en su definición como también en la articulación Y el resultado que producen promesas incumplidas o ausentes y su enorme diferencia con el poder que tiene el cumplimiento de una promesa.
Editado por empresa activa de Ediciones Urano, subdividido en cuatro puntos, el autor desarrolla: el Homo promisus en la era digital, enfrentando el costo del incumplimiento de una empresa con un usuario o cliente, sin antes desmenuzar el significado de la promesa en las redes digitales. Como también, el desarrollo de las prácticas cotidianas y la transfiguración de la promesa en una cultura organizacional. La tercera parte de este libro, se enfoca en una empresa de promesas y las actitudes y habilidades para hacer cumplir estas promesas. En el cuarto y último capítulo desarrolla la arquitectura de la promesa como un mapa factible para crear una organización exitosa; desarrollando el escalamiento y la sustentabilidad Como un ítem más de esta fuerza, qué nos moviliza a todos.
Para Sota las empresas se definen por 5 promesas esenciales: a sus clientes, a los accionistas, a los colaboradores, a los proveedores, y a la sociedad. Las organizaciones que dan cuerpo a las empresas consisten en cadenas y mallas de promesas para hacer y cumplir las 5 promesas esenciales. Este es el punto de partida Para presentar el requerimiento que tiene una promesa que para el autor es: la preparación, el acuerdo, la gestión y su ejecución, y en última instancia aprobar su cumplimiento.
Durante la lectura de los capítulos, el autor expone y complementa su promesa con una bibliografía variada y actualizada. Su experiencia y vivencia de consultor le permiten complementar y conjugar la promesa como verbo.
Interesante es el trabajo que realiza sobre la obviedad, como un espacio de incumplimiento en las relaciones organizacionales. La confianza es un espacio de construcción que es de responsabilidad de todos aquellos que interactúan, también un lugar de prometedores donde son identificados en 5 grupos. Me quedo con los bullshiteros, aquellos que no tienen intención de cumplir lo pactado ni menos lo prometido.
En última instancia, todas las palabras del autor no conducen al poder que ejerce las promesas en una sociedad que vive un cambio de era. Su relación con Fernando Flores, artífice de un discurso futurista organizacional en la década de los 70, hasta su experiencia como académico en Brasil y la experiencia como consultor en América Latina, el autor afirma d desarrolla y justifica las promesas como el eje central del éxito o fracaso de una organización.
Algunas páginas de este libro están dedicadas al significado de la promesa en la innovación, sosteniendo en última instancia la innovación como el cumplimiento de una promesa declarada por un candidato a la innovación.
Dicho de otro modo, solo las promesas y nuestro cumplimiento que nos confieren la identidad de creadores que intensifican nuestra capacidad para enfrentar el más escarpado de los desafíos humanos: la creación de nosotros mismos y el tipo de ser que somos junto a los demás. Con esta frase, Sota termina su libro dejando al lector, o al menos a mí, con ciertas, interrogantes sobre la promesa cómo el elemento que moviliza la acción humana. ¿Es necesario tranzar o pactar frente al cumplimiento de una promesa?, ¿si la innovación en última instancia es la ejecución de una promesa, estas se desvanecen en su cumplimiento?, ¿debemos dar cumplimiento a lo prometido, ya que es el camino de la verdad?
Usted como lector tendrá otras interrogantes de esta lectura, lo que es evidente. Buscar alguna interacción qué nos permita desmitificar nuestras promesas podría ser el inicio de una nueva fuerza vital en el lector.
Nicolás Fontaine
Faro de La Nueva Extremadura
15 de marzo 2022