Subjetividad Del Yoismo Omnicanal

Los encuentros verdaderos son cada vez menos. La certeza que lograras vincularte pasa a ser una experiencia lejana y en algunos casos inexistentes, ¿qué paso con nuestro Chile?, o al menos con ¿mi chile?. Tuvieron que llegar otras generaciones a decirnos que chile no es nuestro, a remecernos, que nuestra patria caminaba como un elefante blanco con várices en sus pies agotado apunto de estallar, pero algunos lo veían grande bello y fuerte, pero frío e inalcanzable.

Los que vieron al elefante cansado viejo y debilitados nacieron con la mirada pura de un niño que mira hacia arriba, lograron descubrir que todo era cosa de tiempo, pero el tiempo de los niños es distinto y ya no solo es más veloz que hace algunos años, es inmediato y coexistente con otros momentos que habitan en espacios paralelos reaccionados por una cadena de movimientos sin fin, expandidos en un tiempo y espacio que no distingue lo mío, lo tuyo, lo nuestro, lo de todos; su tiempo se transforma en subjetividad que no necesita un otro para exponer y validar un derecho en si mismo. Por otro lado los que nacimos en los 70, nacimos con miedo, en rigidez con  carencias y mentiras de una sociedad que ocultaba y le mentía a su gente. Algunos tuvimos suerte, crecimos mejor que otros nos dieron cariño nos formaron según creencias de nuestros padres, nos dieron lo mejor que tenían en sus manos en un contexto que para muchos fue espantoso humillante y abusivo, perdieron familias les mataron a sus padres a sus hijos los torturaron y sufrieron aberraciones y violaciones a los derechos humanos de manera sistemática.

Han pasado los años de eso, Chile volvió a la democracia después de realizar un plebiscito el 5 de octubre de 1988. Los Chilenos decidieron si querían continuar o no con el dictador Augusto Pinochet. La opción No gano, y fue una victoria celebrada por todos y en todo el mundo como un ejemplo de transición hacia la democracia,  no tuvimos una guerra civil. Yo tenia 15 años y no tenia derecho a voto, mi familia ampliada tanto por padre y madre estaban divididos como muchas familias. El primer presidente elegido democráticamente después de la dictadura fue llamado el primer gobierno de la transición, don Patricio Aylwin. Chile se encontraba con un 40% de pobreza según nuestras propias mediciones después de una dictadura de 17 años. Así comenzamos la transición con dudas, con desigualdades, con miedo algunos y con distintas visiones de mundo. Pero sobre todo, se respiraba mucha esperanza en un chile mejor para todos.

Los años pasaron, y hoy casi 20 años después este chile es otro, la línea de la pobreza este en el orden del 10%. El mundo cambio, las tecnologías y la digitalización modificaron los procesos en la cadena de producción. La democracia en del país abrió puertas en varios aspectos, uno de ellos la “democratización del consumo“, aumento por medio el acceso al endeudamiento. El conocimiento abrió fronteras dando paso a un acceso democratizado a la información y en algunos casos al consumo y a la educación.

La corrupción también se democratizo y abrió espacio a otras instituciones. La iglesia, las corporaciones publicas , los partidos políticos, las empresas privadas, el estado. Nuestro Chile creció ensancho la billetera macroeconómica, bajando el índice del 40% al 10% pero a un costo cuestionable. Lentamente nuestro éxito requería cada vez más aumentar sus costos de vida, Primero la salud y los fondos de pensiones, los servicios básicos, la educación, el tiempo libre, el costo de la vida entre tantas otras fueron ocupando la billetera y a dignidad de las personas, transformando y hundiendo al hombre y en algunos casos convirtiendo hombres en  mero costos hundidos. Entre medio de todo este crecimiento se nos olvido atender nuestro espíritu y nuestras ideas, descuidando nuestra educación formal, eliminamos programas de filosofía y educación cívica en la secundaria y hoy podría sumarse historia.

Se nos olvido crecer por dentro, no supimos entender que necesitábamos una clase media que aspirara a conocerse a formar su espíritu,  a templar su voluntad y descubrir su interior. Nuestra obsesión por crecer económicamente nos alejo del bien más preciado que puede tener un país, su gente.

Nos llenamos de cosas, comprar era nuestro nuevo culto. Cambiar el autos algunos, las zapatillas otros y así comenzamos a construir nuestra felicidad con la novedad que nos daba el consumo. Nuestros valores cambiaron, atrás quedo el chileno amable casi tímido, nació uno nuevo el ciudadano consumidor, aspirante a otra cosa, un  buscador de reconocimiento de algo que no sabe que es, pero si sabe que el consumo es el peaje a la movilidad social, lentamente sin darnos cuenta fuimos adormeciéndonos y vaciándonos. La luminaria de mall nos transformo el tiempo y el espacio  en una invitación  a comprar. La desigualdad aumentaba y  lo sabíamos pero muchos no la veían, estábamos en medio de esto cuando ustedes nacieron. Sus padres locos de amor querían darle lo mejor, pero ese mejor ya no era una caminata por el parque, o un momento a solas mirando las estrellas ese momento de vinculación estaba tan lejos y desaparecido que la maquina de producir para pagar la vida ocupaba todos los pensamientos de estos padres; y así crecieron con padres culposos de no estar con ustedes, con hombres y mujeres que no sabían contener a sus hijos,  entonces lo que ocurría afuera aparecía como una buena oferta, el aparataje de la vitrina remplazo el afecto y lentamente fue modificado en un mundo virtual, una vida con conexiones inmediatas, transformándolos en adultos sin serlos, en personas con acceso a información y en algunos casos antes de tiempo. Las instituciones en el amplio sentido ya no tenían la misma importancia, su necesidad y contención era lejana, hoy puedo estar desde donde quiera conectado a un mundo virtual que no necesita de otro para dialogar, entonces fue donde nació la “subjetividad del yoismo omnicanal”

Es por todo esto y otras razones que Chile cambio, por que el mundo cambio.  El Hombre hiperconectado tiene acceso a millones de oportunidades que le permiten ver el mundo de una manera distinta. La radio tardo 50 años en consolidarse mundialmente, la televisión 30, Internet 10, facebook 3, whatsApp 6 meses. Esto cambia la perspectiva de lo que entendemos como velocidad.

Hoy nuestro Chile está en una nueva encrucijada, en la más grande desde la vuelta a la democracia en 1988. El 18 de octubre comenzó las manifestaciones y en este mismo tiempo queremos resolver lo que desde 1988 hemos construido en la medida de lo posible según algunos, en la explotación según otros y según nuestras propias posibilidades.

Lo que ocurra en estos días no se resolverá por medio de pactos políticos ni alianzas nuevas. De aquí en adelante tendremos urgentemente que abrazar nuestra democracia con todos sus bemoles y estar dispuestos a vaciarse frente al otro a dejar entrar al otro a mi cancha y aceptar la invitación de aquel que piensa y cree distinto. En estos tiempos necesitamos pedir ayuda todos, dejar nuestras diferencias de lado y esperar que se manifiesten todos los liderazgos. En estos días tenemos que honrar nuestra historia aunque no nos guste toda, y aunque no nos identifique, en estos días tenemos que ser amables y tolerantes. En estos días debemos tomar conciencia de las perdidas de nuestros compatriotas. En estos días debemos dejar que el aire sople en la cara y reconocer la sonrisa en el otro y con el otro. Habitar tú Chile es también vivir en mí Chile

 

Nicolás Fontaine 

2 de Noviembre 2019

faro de la nueva Extremadura

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