Desde las montañas del Tíbet, la odisea de un lama tibetano. Es un libro escrito por el Lama Yeshe Losal Rinpoche, Abad del monasterio y centro de tibetano Kagyu Samye Ling. Cofundado por su hermano Akong Rinpoche en 1967. Es un maestro de meditación muy estimado y respetado internacionalmente. el libro publicado por Kairos, nos narra su propia historia de vida, desde la infancia en el Tíbet, hasta la formación de lama, su paso por Estados, la india, Europa y su vuelta al Tíbet
Jampal Drakpa, es el nombre que le pusieron sus padres al nacer, al lama Yeshe Losal Rinpoche, proviene de una familia budista, la cual basa su creencia y crecimiento en la búsqueda de la sabiduría y la bondad, en la naturaleza íntima de cada uno de nosotros en el budismo se habla de las tres joyas: el Buda, el dharma (las enseñanzas) y el sangha (la comunidad monástica que encarna y transmite el Dharma)
El budismo es muchas veces entendido como algo mágico y místico para los occidentales, nos dice su autor, para ellos, sin embargo, estos actos no son más mágicos como entrar a una habitación y encender un interruptor y ver la luz.
La vida de Jampal Drakpa, es alucinante, en la medida que nos sumergimos en la lectura, comenzamos con una historia que parte, contextualizando, en la invasión China al Tíbet, para los chinos, la liberación del pueblo tibetano. La infancia de este hombre transcurría en un mundo calmo, donde la jerarquía familiar era lo principal. El Tíbet era una cultura monástica. El camino de las cuatro verdades era el objetivo de vida. La primera verdad la llama la verdad del sufrimiento, la segunda es la verdad de la causa del sufrimiento. La tercera es la verdad de la extensión de sufrimiento. Y la cuarta es la verdad del camino que conduce a la extinción del sufrimiento. Este camino de vida se ve interrumpido por la invasión China. Jampal salió de su tierra, a los 15 años interrumpió la clama de sus paisajes y vio por primera vez un automóvil, y vio la carretera, comparándolas con bufandas gigantes que abrazan la tierra, la cual descubrió que no era plana. Su vida de joven transcurrió en viajes desde la india primero hasta la partida a Estados Unidos, en pleno apogeo del movimiento contra cultural de los 60 y 70. Lejos de la calma de la vida de un joven tibetano, aparecieron los excesos en alcohol y sexo como el nuevo telón de fondo de su vida. La cultura occidental, tan distinta a la tibetana, desde el sentido de la muerte y su ritual, donde los buitres como dakinis, Ángeles, que vienen a ayudar a la persona muerta para que tenga un rápido renacimiento comen sus cadáveres, y si esto no ocurría era una condición adversa para las expectativas karmicas del individuo. La pesca, o la casa de animales, aunque fuera solo para alimentarse, se considera un asesinato a un animal sintiente que es parte de nuestra, algo complejo de entender para nuestra cultura occidental. El sexo, un ritual sagrado reservado a la unión absoluta con el otro, lo demás es una pérdida de energía y un vaciado del alma, que solo denigra nuestra existencia, portando soledad y violencia, una de las obsesiones de la resistencia, la que según su autor normalmente adopta tres apariencias. La primera de ellas se caracteriza por el deseo de escapar del dolor a través de las dependencias de sustancias anestésicas, como el alcohol, a través de las ruñas del pasado o la ensoñación de futuros. La segunda, la resistencia moralista y controladora, con uno mismo y con los demás. La tercera consiste, sencillamente, en entregarse a las diversiones de moda, o las adicciones del trabajo. Ninguna de estas actitudes es efectiva a largo plazo. De hecho, solo consigue la herida inicial de un camino de sufrimiento, tal cual nuestro autor nos narra.
Después de años de estar perdido y habitando un estado de soledad y violencia que lo desencajaba permanentemente, Jampal decide cambiar de vida y comenzar el camino de la consagración al budismo. Su hermano, el Lama Akong Rinpoche, que representaba una imagen de admiración, por un lado, y por otro uno de exigencia y cuestionamiento de su vida, fue un pilar esencial en los siguientes pasos para Jampal. El budismo no sostiene que el odio, el deseo, el orgullo, los celos y la ignorancia (los cinco venenos de la mente) sean pecados, como se hace en el pensamiento tradicional cristiano, sino aflicciones de la mente que nos dificultan ver nuestra verdadera naturaleza. Jamal comienza el inicio de las postraciones para templar el espíritu, shiné, medición para restablecer la calma, junto a las postraciones. El moderno mindfulness deriva de la meditación shiné
Es sorprendente el péndulo de la vida, de un camino de ruido y soledad a un camino de silencio y plenitud. Fue muy conmovedor leer sus primeros retiros que lo alejaban de la vida, primero por semanas y luego por meses y años. El claustro tiene esa puerta abierta a un mundo desconocido en nuestro interior, lo que somos y la paz que podemos encontrar en nuestra comunión. Estas historias de claustro, sus tormentas y preparativos domésticos, conmueven a cualquiera que crea en la existencia de algo más que nosotros. Abandonar la convicción de que la vida debe ser de determinada forma y aceptarla tal como es, aquí y ahora. Uno de los pendientes que plantea el autor hacia el futuro.
Otro de los tantos pasajes de la historia del Lama Yeshe Losal Rinpoche, es la confirmación de su santidad, el Karmapa XVII, el cual fue descubierto el 21 de mayo de 1992. Karmapa significa «el que lleva a cabo la actividad de Buda» o «la emanación de todas las actividades de los Budas». Es la reencarnación de su santidad. Luego de múltiples pueblas al niño encontrado, el cual mostraba todos los indicios y toda la compasión de ser el nuevo Karmapa. Akong hermano del autor de este libro, que es también un Lama muy reconocido, Le tenía una prueba muy especial para autentificar si estaba frente a su santidad o no. Akong se sentó junto al niño y le dijo. <Usted tiene algo para mi> El niño con mucha decisión y calma, saco un diente de leche suyo que estaba debajo de una pequeña manta, se lo dio en la mano y dijo. Toma, esto es tuyo. Antes de morir su santidad Karmapa XVI, Akong le había solicitado a puertas cerradas si podía regalarle uno de sus dientas cuándo muriera. Akong le comento a su hermano Yeshe que no existía posibilidad que el niño supiera de esta historia. Estábamos frente a su santidad el Karmapa VII.
Lo que queda por hacer según Yeshe es bastante, pero podemos dejar algunos puntos de interés común. Desarrollar el diálogo entre el budismo y el catolicismo. Destilar la sabiduría propia de la experiencia. Atender a la neurociencia y cómo ha demostrado que cada día más es la base neuronal de la forma en que el cerebro crea nuestra propia realidad subjetiva. El cerebro filtra de manera constante la información que recibe de los órganos de los sentidos y la utiliza para construir un modelo coherente del mundo que hay ahí fuera.
Este libro, seguro que estará entre mis recomendados del año 2024. Nos da una mirada tan distinta a la formación occidental. Nos permite entender el desarrollo espiritual como el inicio de una sociedad. Al final, como dice su autor: Toda la práctica budista se reduce a desactivar los venenos del apego, el rechazo y la ignorancia.
¿Qué estoy alimentando? Es lo que debemos trabajar.
Nicolás Fontaine
Faro de la Nueva Extremadura
20 de mayo de 2024