Deja de preocuparte, 48 maneras de alcanzar la calma.

 

En este mundo, saber cuál es el momento justo para caer es lo que permite a las flores alcanzar su esplendor. Así es para nosotros.  

Hosokawa Gracia

 

No creo que sea necesario explicar la tensión y el estrés, estados cotidianos en muchas personas. Estamos tensos, la calma y la fluidez emocional es un estado reservado para aquellos que han atendido su cuerpo y su alma. Esto no se trata de chamanes ni religiosas de claustro, son personas consientes de sus limitaciones, de su estado actual y su búsqueda de crecimiento permanente. Ellos trabajan, pagan impuestos y atienden a sus familias. 

 

Todos hemos conocido grandes personas, felices y plenas, ¿Qué las diferencia de otras? A mi entender es: la presencia en el hoy, el manejo del ego, la capacidad profunda de gozar la vida y la presencia divina en su vida cotidiana.

 

Urano nos trae: Deja de preocuparte, 48 maneras de alcanzar la calma. Libro escrito por Shunmy Masuno, un moderno sacerdote zen y premiado paisajista, además es autor de <El arte de vivir con sencillez> libro que cautivó al público y a la prensa con su poderosa simplicidad.

 

El índice del libro está dividido en cinco partes. La primera, enfocada en el manejo de la ansiedad. La segunda, en el pensamiento de cosas innecesarias. La tercera, en el propio ser. La cuarta, la creación de buenas conexiones y la quinta y última, el dinero, el envejecimiento y la muerte.  Las 48 maneras, son las formas en como el autor despliega el libro. Cada una de ellas se desarrolla en un par de páginas, con  su enseñanza y reflexión.

 

Mi reflexión de estas 48 maneras

 

Nuestra actividad laboral nos exige y apremia, si no ponemos al centro al ser humano, cuando es el ser y su existencia el centro de nuestra actividad laboral, la generosidad y la plenitud que se tiene al hacer comunidad hace de nuestro trabajo un agrado y un sentir mejor. 

 

La tensión permanente, la ansiedad propia, la automedicación y el manejo agónico de una sociedad que no cabe en sí misma, micro explotando permanentemente, en ebullición continua de insatisfacción e infelicidad. Nada de esto podemos controlar, entonces por qué insistimos en preocuparnos más allá de nuestros límites. Bastaría que uno de nuestros antepasados no existiera para que desapareciéramos del mapa, eso nos demuestra nuestra incapacidad de control.  Es el camino de la aceptación lo que debemos educar. No controlamos prácticamente nada. Las cosas ocurrirán y seguirán el curso lógico de la vida, la transformación es lo único cierto. El continuo movimiento de la tierra, de los mares y del hombre son la verdad. El control de las cosas es el desconocimiento de lo que somos. 

 

Busque sus 48 formas de alcanzar la calma. 

 

Nicolás Fontaine 

30 de abril de 2024

Faro de La Nueva Extremadura 

 

 

 

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