
Para Hércules, el dilema consistió en elegir entre el vicio y la virtud, la vía fácil o la difícil, el sendero trillado o el camino menos transitado. Todos nos enfrentamos a esta elección. Para los antiguos, la virtud consistía en el coraje, la templanza, la justicia y la sabiduría. Para Marco Aurelio, eran los fundamentos de la bondad.