Reacción del libro Acoso ¿denuncia legitima o victimización? De Marta Lamas, Fondo de cultura económica 2018
“Espero que estas paginas sirvan para impulsar un imprescindible debate” esas son las ultimas palabras del libro Acoso de la Antropóloga Mexicana Marta Lamas, investigadora en estudios de géneros. ¿Denuncia legitima o victimización? La primera de muchas preguntas que se hace la autora de este libro.
Que difícil es hablar de un tema que como dice la autora “No existe en el mundo nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo” se nos presenta como algo lejano desde lo vivencial, ajeno al entorno cotidiano y a la experiencia de vida. El primero de los muchos errores que tenemos los hombres que no hemos experimentado una situación de victima o victimario de acoso sexual es creer que este problema no nos pertenece.
La violencia es el medio como se configura la vida nos dice Lamas, y agrega que el año 2016 fueron asesinados 21625 hombres y 2807 mujeres en México. ¿Cómo es posible que la atroz violencia contra los hombres provoque menos reacciones?. Nos pregunta la autora, esta resuena y Resuena después del terminar la lectura.
Hace un tiempo ya que tengo algo no resuelto con las demandas feministas, las cuales comparto prácticamente todas. De alguna manera soy parte de un grupo violentado por alguna de esas demandas expuestas por algunos grupos de feministas radicales que plantean que el solo hecho de ser -hombre heterosexual- me sitúa como el enemigo que tienen que derribar. Me acuerdo perfecto como una estudiante de leyes, hija de un amigo, me increpo diciéndome que los hombres no teníamos derecho a protestar por asuntos feministas, por que hemos sido históricamente maltratadores, opresores y violadores, agregando que las demandas son solo nuestras, no los necesitamos. Lamento decir que parte de su declaración es correcta.
Marta Lamas, autora de innumerables libros y estudios de genero nos presenta “Acoso ¿Denuncia legitima o victimización?” con pretensiones claras para el lector. La autora sobrepasa sus propio análisis del discurso del acoso y su estructura histórica. Las pinceladas que ella misma dice dar en la configuración de algunas practicas que se engloban bajo el termino acoso provocan en el lector la detención inmediata en practicas culturales que algunos mas que otros somos parte del cortado hilo que teje esas desgarrada tela que vamos construyendo[1]
De la liberación sexual al miedo a la sexualidad, es el primero de sus capítulos. En él desarrolla los tipos de feminismos generados desde las primeras publicaciones en los años 60 sobre discriminación en EE.UU. y el movimiento National Organization for Women; como también el rápido transito a las Sex Wars. El lector va encontrándose con un lienzo del acoso y con la explosión social en un país que tiene la libertad como el mayor de sus valuarte. La autora revisa códigos civiles de 1964, que prohíben la discriminación por motivos de sexo y raza. También cita Catherine Mackinnon y su libro -Sexual Harassment of working woman- publicado en 1979 como pieza clave en temas de jurisprudencia. Mackinnon sostiene que la mujer es una clase oprimida, y la sexualidad es la causa de la opresión que descansa en el poder de los hombres. Esta autora es fundamental en el pensamiento de distintas corrientes feministas, desde la libertad y derecho al goce sexual planteado en las primeras feministas hasta el extremismo de Andrea Dworkin que plantea la importancia de abstenerse de la penetración, pues la heterosexualidad es fundamentalmente para el dominio de los hombres sobre las mujeres[2]
Productividad y Pasión, ¿separados por un modelo económico?. La tensión sexual existente en un grupo humano, la definición y termino de un acto sexual, o más bien la naturaleza propia de la pulsión sexual es una indefinición de su inicio y termino, esto hace pensar que la pasión sexual quiere ser atrapada en un modelo donde la productividad lo es todo o nada.
En 1981 fue el primero encuentro feminista latinoamericano y del caribe. Marta Lamas fue a este encuentro y nos relata en su capitulo “violencia sexual y victimismo mujercita” los acuerdos tomados y la idea de visibilizar la realidad de Latinoamérica, Compartiéndonos una interesante reflexión sobre conductas tradicionales “Uso y Costumbre” donde el termino si bien es usado originalmente en pueblos indígenas se centra en diferencias y beneficios de la posición femenina frente a la masculina. Lamas plantea aquí algo central, la victimización como un rol. Si lo trasladamos al mundo del teatro nos preguntaríamos si el personaje se rige por su ¿acción o reacción?, además nos preguntaríamos ¿donde está el origen de su rol? Lo que vemos aquí es la atribución de un accionar a la categoría de un personaje más de la escena. Al no tener cuerpo físico para expresar su acción (acoso) se le traspasa al emisor que más veces ejecuta la acción de trasgredir al otro, el hombre; Por lo tanto el hombre como genero se traslada al rol de victimario y la mujer al de victima. Esa reflexión que pone la autora nos hace trasladar el conflicto central que es -las condiciones que vive la humanidad y su entorno- a un nuevo centro de conflicto -el abuso de parte del hombre por sobre la mujer- Entonces las condiciones en las cuales este se ejecuta, son anuladas. Como diría Konstantín Stanislavski “las circunstancias dadas” son lo que constituye el accionar de una escena. En definitiva el problema no es de los personajes ni de sus acciones, si no de la interpretación que llevamos realizando del libreto.
Establecer que el solo hecho de ser victima es constituyente de la mujer no es correcto a mi parecer. Victimismo –pretensión de centrar toda la identidad en la condición de victima[3], rol profundamente agotador y acotado. El discurso feminista extremista que plantea la idea de la violencia sexual en su opresión masculina en todas partes y en todo momento nos sitúa a los hombres en una posición de sospechosos permanente. Bajo esas condiciones de extremismo planteado por Dworkin quedamos los hombres heterosexuales en un nuevo lugar. Vivir en el banquillo de los acusados siempre.
Sé que estas letras podrían molestan a algunas feministas, pero no puedo dejar este libro como uno mas de los leídos. Lamas nos hace reflexionar a todos hombre y mujeres por igual, nos pone en alerta en un escenario que en EE.UU. ocurrió en los ochenta, los escándalos de abusos sexuales en universidades prestigiosas. La autora va revisando casos tan extraordinarios como el de la universidad de Antioch en Ohiio donde se implemento un código de conducta sexual que consistía que los participantes de un posible encuentro sexual debían preguntar verbalmente y tener una respuesta de consentimiento verbal si podían o no dar un beso, o desabotonar una blusa. Esto es producto de las aberraciones sexuales ocurridas en variadas universidades de los EE.UU., no es de extrañar entonces que el parlamento sueco este intentando legislar hoy una ley que plantea el consentimiento escrito por las partes antes de tener actividad sexual, intentando normar que se puede y no hacer durante el acto. Las tecnologías serian muy útiles para esto plantean algunos ya que se podría usar una aplicación en la cual si firma el consentimiento mutuo. Fue inevitable reírme y pensar la tamaña estupidez, el solo hecho de pensar que se cae Internet o que la señal es inexistente da para construir infinitas escenas.
El pánico sexual, da paso al pánico social; la indignación moral es el resultado de lo anterior donde Lamas nos va presentando varios autores que tratan tanto desde la antropología como desde la filosofía una visión profunda de un fenómeno desatado en universidades, donde su indignación por el abuso se manifiesta con lienzos señalando que el “sexo es muerte”, “sexo es violación” o listas de supuestos abusadores denominada “castración”.
Lamas dice “La intolerancia , la hipersusceptibilidad, la subjetividades confundidas y los resentimientos personales abrieron el camino para todo tipo de injusticias”[4] por lo mismo no es de extrañar entonces que en la actualidad tengamos situaciones extremas en las universidades, ya no se trata solo de acoso y de abuso. Hoy todo puede ocurrir en alguna de estas universidades, un campo de guerra. Alumnos empoderados, dueño de todos sus posibles victimarios. Profesores asustados sin mirar de frente a nadie por que podrían ser acusado. ¿Qué nos paso?, me pregunto. Lama nos narra como el año 2004 un grupo de profesores escribe un manifiesto para mostrar su falta de garantías para un debido proceso judicial.
La autora va reflexionando y usando las palabras de autores como Katie Roiphe, Diezch y Weiner entre otros sobre estos dramas ya publicados hace más de veinte años.
Es imposible no pensar en nuestro Chile, y en la falta de legislación en estos temas. ¿Nuestros protocolos son activados y usados realmente?. ¿Estamos capacitados para esto?. Tantas preguntas que nacen desde la lectura.
Francia y EE.UU y su eterna pugna moral, sabrosa reflexión que tiene uno de sus capítulos, y muy actualizada con el escándalo del productor Harvey Weinstein el cual dio origen al movimiento #MeToo y la publicación de activistas feministas francesas el 10 de enero 2018 en Le Monde donde claramente se desmarcan del discurso planteado de algunas activistas norteamericanas señalando que no todo es acoso.
“Lo que mantiene unida a la república es la civilidad, que ciudadanos y ciudadanas puedan mirarse, estar juntos, construir juntos”, “No quiero que caigamos en una sociedad en la que la relación entre hombre y una mujer se convierta en sospecha de dominio. No estamos en una sociedad puritana” estas frases fueron dichas por Macron en el día de lucha contra la violencia. Como dice la autora es aquí donde vemos las diferencias históricas culturales entre Francia y EE.UU.
La controversia de México es el centro de reflexión de uno de sus capitulo, interesante como expone lo que se entiende por Acoso en su país México, por medio de una legislación que en si misma entiende el abuso dependiendo desde en que lugar se encuentra. La autora Desmenuza y compara tanto su legislación como a diferentes corrientes feministas. Centrado siempre en un discurso sensato y muy claro.
En la Pagina 95 de esta edición realiza una revisión de la etimología de acoso exponiendo el significado histórico desde 1721 donde aparece por primera vez, hasta el año 2014 donde la RAE conserva su significado desde el año 1936.
Revisa y compara definiciones de la situación puntual de México, presentándonos datos que son reveladores. Me quedo con esta frase del sociólogo Miguel Gauchet señala que “el genero es el opio de las masas”
La autora nos dice:
“He esbozado, a grandes rasgos, que la mala definición y el sobredimensionamiento de lo que significa acoso refuerzan el victimismo, producen un giro punitivo y llegan a vulnerar el debido proceso y la presunción de inocencia”
Esta frase es la introducción de su capitulo ¿guerra entre sexos o conflictos de interés entre mujeres y hombres? El filosofo Duncan Kennedy nos habla de la – erotización de la dominación – como un lenguaje aceptado en los medios culturales. Pues el conflicto entre hombre y mujer se agudiza por el control masculino de los procesos legislativos, judiciales y administrativos, de la misma manera Kennedy habla del –residuo tolerado de abuso- calificando la porción del abuso que no se castiga. Estas ideas entregadas por la autora –paginas 106 a la 119 de esta edición- nos plantea la pregunta que todos tenemos. ¿Quién debe definir lo que es correcto sexualmente, el estado, los diputados, los grupos religiosos, las feministas, las empresas, los médicos, los psicoanalistas?
La amnesia social el penúltimo de sus capítulos lo deja para viajar entre autores clásicos, La sociedad se organiza desde los tiempos remotos desde la sexualidad. Gayle Rubin, Carol S Vance, Jeffrey Weeks, Katie Roiphe, Sigmund Freud, Russell Jacoby son algunos de los autores que utiliza para desempolvar una sociedad sumergida en el ahora y el instante, dejando en el olvido nuestros clásicos códigos de comportamiento social. La pulsión sexual, la tensión propia que Freud califico de “malestar en la cultura”
En mi opinión Este libro nos regala una oportunidad de reflexión y conversación. El sexo es impredecible, su comportamiento conductual es determinado por innumerables aspectos culturales desde el entorno hasta las vivencias y creencias más intimas. La exposición de Marta Lamas nos conduce libremente y expone opiniones de diversos autores desde una visión puritana hasta el extremismo máximo de algunos grupos feministas. Esta idea, que llega con fuerza en este tiempo debe ser enfrentada a rostro descubierto por todos. El acoso es una reacción de dominación desviada y enferma, provocada por un sistema que quiere estandarizar un comportamiento humano que anula las particularidades y las creencias propias. El error el subconsciente y la animalidad propia del ser humano quieren ser estandarizados por algunos. El gran fruto de estas imposiciones se manifiesta en la reacción inconexa que tiene la dominación expresada en el acoso, provocada por la ausencia absoluta de una formación orgánica que busque ante todo equiparar el crecimiento material y el desarrollo cultural de la humanidad.
Nicolás Fontaine
Faro de la Nueva Extremadura
2 de Octubre de 2019
Ficha catalográfica
[1] Rossana Rossanda (parafraseando) “No nos salvaremos a menos que tejamos todos los hilos de esta tela desgarrada en que nos hemos convertido” Las otras, Gedisa, Barcelona 1982, p.61
[2] Marta Lamas Acoso ¿Denuncia legitima o victimización? Fondo de cultura económico 2018 p.28
[3] Ibíd. p.47
[4] Ibíd. p.67